Ricardo Fuentes ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El
extendido debate por el ajuste de tarifas":
Durante años las tarifas
subsidiadas beneficiaron a sectores que no las necesitaban, y se incentivó el
derroche en un país con carencias en infraestructura y con su sector energético
deficitario.
Lo que sigue es la versión completa del texto que me publicó
Clarín. Tal vez así quede más en claro cual es mi mirada sobre este
tema.
El costo político del ajuste significó un cachetazo a la misma
clase media que lo había votado. Para colmo, Aranguren ordenó el tarifazo
energético con la sutileza de un elefante en el bazar. Idas y vueltas, y la
intervención de la Corte tampoco resuelve el tema.
Lo que nadie reconoce es
que el incremento tarifario apunta a la equidad social. Quienes menos tienen son
los que destinan el mayor porcentaje de sus ingresos al pago del IVA, el
impuesto que más recauda. Con esos ingresos se subsidiaron los servicios
públicos que pobres y marginales no disfrutan: el 47% de los hogares no tiene
desagüe cloacal, el 44% gas en red y el 16% no recibe agua corriente.
Con
menos subsidio en los servicios en 2001, el 45% no tenía cloacas, el 34% gas en
red y el 15% agua corriente. Como se ve, no hubo mejora sustancial en esta
década subsidiada. Ahora la clase media pagará el derroche y los pobres siguen
igual.
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