domingo, 9 de octubre de 2011

La escasez subsidiada de energía

06/10/11 – Fuente Clarin

En pocos años, una política gubernamental errada ha descapitalizado el sector enérgico, haciéndolo dependiente de aportes estatales cada vez más elevados. Este esquema que se halla en crisis afecta a la producción, a los hogares y al Fisco.

Por Emilio J. Apud, INGENIERO, EX SECRETARIO DE ENERGÍA Y MINERÍA

La escasez subsidiada de energía Por Horacio Cardo (http://www.horaciocardo.com)

Los faltantes cada vez más frecuentes de naftas y gas oil que afectan al transporte en general y a la producción agrícola en particular, los cortes de gas a las industrias en invierno y de electricidad en verano, la reducida presión en las redes de gas y la baja tensión en el suministro eléctrico en los hogares, los cortes de electricidad en amplios sectores urbanos por obsolescencia o incapacidad de las redes de distribución, son elementos de la realidad que están confirmando la existencia de un desabastecimiento energético , por más que el Gobierno lo niegue al igual que lo hace con otras variables socioeconómicas.

En cuanto a los subsidios, que son la diferencia entre el precio real de un bien o servicio y el precio real cobrado al consumidor por los mismos, cuando son realizados por el Estado pasan a ser una asistencia con dineros públicos a determinado sector de la población y deben hacerse en forma excepcional y circunstancial , ya que su permanencia introduce distorsiones en la demanda, en la asignación de recursos y en los precios relativos.

Sin embargo los subsidios a la energía no se salvaron de la heterodoxia ni del afán de originalidad que han caracterizado e los gobiernos kirchneristas que han transformado una medida de excepción en permanente. Ya llevamos más de ocho años con subsidios inexplicables que benefician mayoritariamente a quienes no los necesitamos, en detrimento de la calidad y expansión de la oferta de energéticos. Hoy por mantener la ficción de tarifas congeladas los subsidios llegan a US$ 10.000 millones y solo cubren parcialmente gastos operativos pero no las inversiones necesarias para satisfacer una demanda exacerbada por los mismos.

Los subsidios introducidos a la energía son consecuentes con el afán intervencionista del Gobierno que fija arbitrariamente los precios del gas en boca de pozo, establece retenciones al petróleo- lo que hacen que el precio del barril interno sea menor que la mitad del valor internacional- interviene en los precios de los combustibles no obstante estar desregulados, congela las tarifas de luz y gas, no respeta contratos ni regulaciones, etc. En fin, todo aquello que desalienta la inversión genuina la que es reemplazada parcialmente con fondos públicos aplicados a la ejecución de obras diseñadas con procesos licitatorios poco transparentes, sin financiación asegurada y con precio por encima de los de mercado.

Con estas condiciones los petroleros se limitan a extraen petróleo y gas de los yacimientos existentes pero sin reponer reservas , cierran las estaciones de servicio y no se amplían las refinerías.

Lo lamentable del caso es que para atender ese desabastecimiento hoy no queda otra alternativa que la importación , no obstante contar nuestro país con todos los recurso energéticos como para autoabastecerse y también para exportar. En estos momentos, por ejemplo, se están importando más del 20% del gas que se consume, pagando por esa cantidad tres y cuatro veces más que el precio que se le niega al productor local y que le permitiría volver a explorar.

Un efecto colateral negativo del desabastecimiento se refleja en las cuentas del comercio exterior ya que la importación ha ocasionado que nuestra balanza comercial de energéticos, positiva 5.000 millones de dólares en 2005, este año sea deficitaria en más de 2.500 millones de esa misma moneda.

¿Qué sucedió para llegar a esta situación luego de que hace solo 8 años estábamos plenamente abastecidos y teníamos saldos exportables de productos energéticos, además sin subsidios? ¿Cómo a un sector con capacidad y recursos para autoabastecer al país, aportar divisas, trabajo, desarrollo tecnológico e ingresos fiscales, se lo transforma en dependiente del exterior con importaciones crecientes que dejan todos esos beneficios afuera? La respuesta es que no creció la oferta energética, debido a la pésima gestión del kirchnerismo en el sector, al que descapitalizó ahuyentando inversiones genuinas.

Esa gestión, sin reglas de juego, sin instituciones fuertes, sin contratos, sin precios, con capitalismo de amigos, con poca transparencia, con funcionarios prepotentes, llevó a que fuera el Gobierno el único en poner la plata, pero mal . De no revertirse esta situación gastaremos cada vez más en importaciones y en subsidios para mantener una oferta energética cara, insuficiente y de baja calidad que deberá padecer la sociedad toda.

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