¿Pagarían $ 20.000 más cada familia en luz y gas?

POR MARCELO CANTON-Clarin

19/10/13-Clarin

Quién se animará a ponerle tamaño cascabel al gato?

Es que en estos días se ha puesto de moda decir que el Gobierno se prepara para una fuerte rebaja en los subsidios a la energía. Eso empujó, incluso, a las acciones de algunas empresas en la Bolsa porteña, encabezadas por Edenor. Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de reducir subsidios? En números:cada familia debería pagar $ 20.000 anuales más en sus facturas de gas y luz para poder eliminar esa “ventaja”. O, si se prefiere, $ 1.600 al mes. ¿El Gobierno está dispuesto a firmar algo así? Dos empresarios del sector consultados por Clarín dijeron que “de ninguna manera”. ¿Y por una cifra menor, como para achicar la cuenta? “¿Pagar costos políticos para ni siquiera resolver el problema”?, fue la respuesta/pregunta de uno de ellos, de aceitado diálogo con funcionarios K.

“ Los subsidios a la energía este año llegarán a $ 80.000 millones ”, dice el ex secretario de Energía Jorge Lapeña, citando datos del centro de estudios presupuestarios ASAP. “Pero a eso hay que sumarle que el Estado se hace cargo de las obras que los privados no hacen, como usinas o líneas de alta tensión”, agrega. “Y hay más para sumar -añade otro ex secretario, Daniel Montamat-.

Sólo las exenciones impositivas para importar nafta y gasoil le costarán este año al fisco US$ 1.500 millones.

Y también está la deuda que está acumulando Cammesa con los generadores eléctricos por no pagar la tarifa estacional sancionada, queya llega a 7 u 8 mil millones de pesos ”. Así, en total, este año los subsidios a la energía treparían a la escalofriante cifra de $ 100.000 millones. En otras palabras, un número casi equivalente a todo el déficit fiscal que acumulará el Estado en el presente ejercicio.

¿Pura casualidad?

Ahora, vamos a la otra punta de la cuenta. Gran parte de las industrias ya pagan tarifas más cercanas a los costos que a las tarifas subsidiadas. Eso hace que las miradas, a la hora del ajuste tarifario para reducir subsidios, apunten hacia las casas de familia. Hay unos8 millones de hogares con servicios de gas y/o luz. De ese total, a unos 500 mil ya les quitaron los subsidios por vivir en zonas “caras” de la Capital o en barrios privados y countries. También hay que restar a quienes tienen derecho a seguir subsidiados por sus bajos ingresos: según el Observatorio Social de la UCA, un tercio de los argentinos tiene algún plan social; ellos también quedan afuera. “En total, se podría apuntar a unos 5 millones de usuarios ”, coinciden los técnicos. La cuenta es fácil: 100.000 millones de pesos anuales a repartir entre 5 millones de usuarios, da una suba promedio de $ 20.000 por familia. ¿Suena inviable, no?

La otra alternativa es bajar la cuenta de subsidios al menos en una parte. El diario La Nación citó esta semana que funcionarios de Planificación trabajaban sobre un plan para reducirlos en $ 15.000 millones. Es menos, claro, pero habría que convencer a esos 5 millones de familias que tienen que pagar $ 3.000 anuales adicionales en sus boletas de luz y gas. “El Gobierno no va a pagar el costo político de ver ese tarifazo en las tapas de los diarios a cambio de no solucionar casi nada”, auguran en las empresas del sector. Saben de qué hablan: ya en otras ocasiones se dijo lo mismo y todo quedó en nada, aseguran.

¿Hay vocación del Gobierno de avanzar en esa línea, además? Las últimas declaraciones oficiales no parecen indicarlo. Hace dos semanas, Julio De Vido defendió en una columna con su firma las “tarifas competitivas” ( subsidiadas). No hizo más que repetir un discurso de hace dos meses de Cristina, que dijo: “Seguiremos subsidiando energía y transporte, porque contribuye a la competitividad”.

“Esa es su definición ideológica, y eso es lo que intentarán hacer”, dicen los que saben de esto. Pero, precavidos, agregan: “Siempre y cuando la cosa no estalle y tengan que, también en este tema, dar un volantazo, como con la devaluación, el FMI, o el CIADI”. Si eso pasara, alguien tendrá que buscar al gato y ponerle el cascabel. Aunque no le guste.