martes, 20 de octubre de 2015

Carlos Tejedor con BIO-ELECTRICIDAD

Hoy en Noticias UBA

19/10/2015 // Clarín - Nota - Sup. Rural - Pag. 10

Un pueblo tendrá bioelectricidad

Es Carlos Tejedor, en el oeste de Buenos Aires, que consumirá energía generada a partir de biogás.

A fines de este año, el establecimiento ganadero “La Micaela”, de Carlos Tejedor (oeste de Buenos Aires), comenzará a suministrar energía eléctrica obtenida a partir de biogás, a unas 200 familias de esa localidad de 5.000 habitantes, según informa un trabajo de la Facultad de Agronomía de laUniversidad de Buenos Aires (FAUBA).
Cada día, los corrales de este planteo, propiedad del productor Luis Urdangarin, que encierran 500 animales, producen 13,5 toneladas de estiércol (heces más orina), que son recolectadas y tratadas en un biodigestor de alta capacidad que genera 800 metros cúbicos diarios de biogás.
La novedad es que ese combustible se transformará en energía eléctrica mediante un grupo electrógeno en el campo y comenzará a venderse a la red local a través de la cooperativa de esa localidad.
Urdangarin fue visitado por Clarín Rural el año pasado, cuando aun estaba en formación este proyecto y en el cual el productor venía trabajando desde 2012, junto a los profesionales agrónomos Ezequiel Weibel y Martín Pinos, responsables de la firma Biogás Argentina, una empresa incubada por IncUBAgro, la incubadora de emprendimientos tecnológicos de la FAUBA.
“Hay cuatro patas sobre las que se apoya el proyecto: la producción de carne, que tiene buen pronóstico ya que el mundo necesita alimento; la generación de energía, cada vez más escasa y más cara; el biofertilzante, para hacer más eficiente y abaratar la producción y el manejo de los efluentes”, había comentado Urdangarin, durante la visita de Clarín Rural.
Durante el último año, todo este grupo de trabajo se abocó a seguir ajustando el proyecto que, además de producir biofertilizante, también les permitiera vender la energía generada a la cooperativa eléctrica de Tejedor. Para ello fue fundamental el vínculo con el Proinged (Programa de Incentivos a la Generación de Energía Distribuida de la Provincia de Buenos Aires), que evaluó y apoyó la iniciativa.
“Nos aprobó una tarifa que reconoció las inversiones del productor y financió a la cooperativa en la instalación eléctrica y el motor generador”, dice Weibel, quien además destacó que ésta es la primera iniciativa que se aprueba con biogás, con una tarifa y el financiamiento para llevarlo adelante.
El campo de Urdangarin tiene 258 hectáreas, pero solamente efectivas para la producción son dos terceras partes. El proceso para la producción de gas comienza con la agricultura. Unas 120 hectáreas del campo se destinan a la producción agrícola, maíz y sorgo, que todo lo consume la hacienda como silaje y grano. El siguiente eslabón de esta cadena, la ganadería, produce la orina y el bosteo que son los sustratos esenciales para el proceso de generación de biogás.
Durante la visita de Clarín Rural, los técnicos explicaron el paso a paso de la generación del gas y detallaron como luego eso se transforma en energía eléctrica.
Dentro del digestor está el inóculo de bacterias, que se formará con los primeros ingresos de estiércol y luego permanecerá ahí tratando todo el material que ingresa. Estas, básicamente, toman el carbono del sustrato parcialmente fermentado y generan el metano, que es el gas combustible, que se acumulará en el domo del biodigestor (la parte superior de la estructura).
El gas saliente se filtra, también se lo enfría para que condense y finalmente se lo presuriza para entrar al motor generador de energía eléctrica. Desde allí irá a una subestación eléctrica y ya puede entrar a la red del pueblo. Todo lo que sale del digestor como subproducto tratado por las bacterias, el biofertilizante, se acumulará en una pileta adyacente al tanque.
“El biofertilizante que generamos es rico en fósforo, nitrógeno y potasio, además de tener micronutrientes y hormonas de crecimiento vegetal”, sostuvo Weibel.
Para evaluar la calidad de esta materia generada por la digestión del estiércol, los técnicos realizaron ensayos sobre un lote de veinte hectáreas de maíz la última campaña, al que se aplicaron cuatro tratamientos: uno testigo sin fertilización, uno con fertilizantes químicos (urea más mezcla física de inicio), uno mixto con 50% de fertilizantes químicos y 50% de biofertilizante, y uno sólo con biofertilizante.
Y los resultados muestran favorables resultados, según detallaron.
Las parcelas tratadas con biofertilizante produjeron más que las no tratadas (7.991 contra 6.700 kg/ha), aunque las tratadas con fertilizantes químicos fueron las que alcanzaron los mayores rendimientos (9.138 kg/ha). Las que recibieron tratamiento mixto tuvieron una ubicación intermedia (8.687).


No hay comentarios: