martes, 12 de enero de 2016

Subsidios y aumentos de Luz y Gas

Los subsidios al gas y la luz se llevaron $ 475.000 millones

POLITICA ENERGETICA.Es el monto asignado entre 2004 y 2015 para evitar aumentos en las tarifas. El Gobierno los reducirá desde febrero.

El kirchnerismo destinó más de $ 475.000 millones en subsidios energéticos desde 2004 a 2015. A través de esa transferencia de dinero estatal a privados, logró que las empresas dedicadas a la distribución de luz y gas solo pudieran pagar sueldos de sus empleados y algunas obras de mantenimiento. El sistema está colapsado: se interrumpe el suministro eléctrico con cada ola de calor y falta gas para la industria en el invierno.

El relevamiento de los subsidios fue realizado por la Asociación Argentina de Presupuesto (Asap) y el Instituto Argentino de Energía (IAE), encabezado por el ex secretario Jorge Lapeña. Sirvió para poner un contexto a lo que se viene. Desde el 1° de febrero, el Gobierno quitará los subsidios para el 60% de los hogares en Buenos Aires y el conurbano, mientras que también aplicará una suba de tarifas, que los especialistas estiman en 300%.

Con la declaración de la “emergencia económica” (desde enero de 2002) el Gobierno impidió que las distribuidoras de Buenos Aires (Edesur, Edenor) pudieran aumentar sus tarifas, por lo que quedaron con precios congelados.
Pero, en simultáneo, las compañías tuvieron que afrontar incrementos salariales y de sus costos de un 1.385%, que es la inflación acumulada entre 2002 y 2015.
IAE y ASAP calculan en $ 342.000 millones los subsidios otorgados entre 2004 y 2014. Aunque los números de 2015 pueden sufrir algunas revisión, lo desembolsado por el Estado supera los US$ 135.000 millones, según expresó el ministro de Energía, Juan José Aranguren.

Cammesa, la administradora mayorista del sistema eléctrico de control estatal, recibió un 55% del dinero público volcado entre 2004 y 2014. Enarsa consumió el 30% de esos subsidios. El ministro de Planificación, Julio De Vido, fue responsable de ambas firmas, que después compartió con el ministro de Economía Axel Kicillof, desde 2013.

El kirchnerismo saliente justifica el crecimiento de los subsidios en la mayor demanda de energía por el crecimiento de la economía (8% promedio entre 2007-2011 y 4% entre 2007-2011; después no hubo casi mejora del PBI). Pero omite que fue el mismo gobierno el que empujó las importaciones de fuel-oil, gasoil y gas natural para poder abastecer las usinas eléctricas. La administración kirchnerista fijó topes a los precios que los productores de gas y petróleo podían cobrar. Eso desalentó la actividad en el sector y provocó una caída en la producción de gas. Se perdió el autoabastecimiento energético.

El país importó a US$ 14 el millón de BTU (la unidad de medición en gas), mientras al productor local le pagaba US$ 2,50 por ese mismo producto. El Estado nacional pagó la cuenta (US$ 10.000 millones anuales promedio entre 2011 y 2013) y las comisiones para los intermediarios.

“Las empresas proveedoras de servicios públicos se descapitalización. Muchas firmas del sector prefirieron retirarse del país, aun vendiendo a pérdida”, explicaron en IAE y ASAP. Los subsidios están más concentrados en Buenos Aires. Los hogares pagan $ 0,16 por kilowatt/hora, mientras que en Santa Fe abonan $ 1,14 por ese mismo concepto.

“Una boleta de luz en Brasil o Uruguay es 16 veces superior a la de Buenos Aires”, agregó Rafael Flores, de ASAP, que recomendó una recomposición tarifaria “gradual” y tarifa social. “Quizás la quita de subsidio o aumento de tarifa a un jubilado que gane la mínima sea diferente al que cobra una jubilación alta”, comentó Lapeña en privado cuando lo consultaron sobre qué camino podría adoptar el Gobierno para bajar el dineral que se va en erogaciones estatales.

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