viernes, 20 de diciembre de 2013

Sin luz, pero con tecnología

La falta general de electricidad en un hogar no se puede suplir en forma casera (no sin una inversión importante), pero van aquí algunos consejos para que la informática hogareña sobreviva de la mejor manera posible al verano porteño y, si es posible, nos de una mano frente al calor y la oscuridad.

Los clásicos
Las notebooks tienen una batería propia, y si se corta la luz en forma imprevista igual podremos terminar de escribir ese trabajo o de ver la película. Pero en el caso de una PC de escritorio eso no sucede. Si es un equipo clave, un UPS será una solución. Es, grosso modo, una batería para computadoras (y otros dispositivos). No sirve para trabajar durante horas -no, al menos, los modelos económicos- pero sí para poder guardar el trabajo que estábamos realizando y apagar la computadora en forma ordenada. Precio: de 800 pesos para arriba, según la capacidad que deban tener (medida en VA, voltio ampere, que no equivale al watt pero tiene un factor de conversión aproximado de 0,65; lo explicamos en detalle en esta nota ). El UPS sirve también para otros electrodomésticos.

Alternativa: el estabilizador de tensión. No tiene batería, pero evita el daño a los equipos eléctricos si la tensión sube y baja. En rigor, habría que usarlo todo el año. Viene con varios enchufes, y como en el caso de los UPS tiene una capacidad de estabilización que depende del modelo. Precio promedio: 200 pesos para uno de 1000 VA de capacidad. Hay que calcular lo que consume el monitor, la computadora, etcétera, indicado en las etiquetas donde muestra con qué normas y estándares es compatible, etcétera. Lo razonable es dejar afuera lo que consume mucho (una impresora, por ejemplo) o lo que no es vital (parlantes).

Una más, obvia pero necesaria. Los que tengan notebooks, tabletas o smartphones deberían tratar de mantenerlos siempre cargados, por las dudas de que el corte de luz se extienda por largo tiempo.

Otro clásico: viento y sol
Tenemos luz, pero mucho calor: las computadoras, a su modo, lo sienten tanto como nosotros; cuando trabajan generan calor y necesitan enfriarse. Si los ventiladores de la PC (los coolers , como se los conoce también por su nombre en inglés) están andando a máxima potencia todo el tiempo, es momento de evaluar si no se podrá postergar ese juego para más tarde. También, invertir en un tubo de aire comprimido (120 pesos en casas de computación) para limpiar de polvo los ventiladores y facilitar su trabajo.

Hablando de calor: nunca es aconsejable dejar un dispositivo electrónico al sol, pero el del verano es peor. La guantera del auto -si éste quedará en la calle o al sol- es un pésimo lugar para guardar el celular o la notebook.

Vivir en la nube
Si tiene que trabajar sí o sí con un archivo almacenado en la PC (y no es una notebook, claro), es clave configurar, en la aplicación correspondiente, el autoguardado cada cinco minutos o algo así, para perder la menor cantidad de información posible si se corta la luz.

Alternativa: apelar a un servicio online. Si se necesita un Office, tanto Microsoft como Google tienen alternativas gratis, que guardan cada cambio en forma automática y lo almacenan en línea. Esto significa que si se corta la luz se puede ir a lo de un amigo o un locutorio y seguir trabajando.

Otra opción son los discos online tipo Dropbox, Box, Drive, Skydrive y demás , que cuentan con aplicaciones que se instalan en la PC y sincronizan su contenido con un servidor cada vez que hay un cambio. Después se pueden descargar en otra computadora, tableta o celular para seguir trabajando.

Cómo seguir conectado
Aun con el trabajo online, el UPS o el estabilizador de tensión, si se corta la luz habrá que decirle adiós a la conexión a Internet. Salvo que se use la red de telefonía celular. Sí, el 3G va y viene, y no lo hace a la carrera, precisamente. Pero si mandar un mail es la diferencia entre cumplir con el trabajo o caerse del mapa, es una solución.

Aquí hay dos opciones: comprar una antenita USB para la PC o la notebook (con el consiguiente costo de la línea adicional), o usar la conexión del celular, si es que tenemos un abono con un buen plan de datos. Todos los smartphones modernos, con Android, Windows Phone, BlackBerry 10 o el iPhone, permiten compartir la conexión 3G del teléfono, creando una mini red Wi-Fi (en Symbian hay que descargar una aplicación ). Hay que tener en cuenta que esto agotará más rápido la batería del celular; se puede usar como módem y a la vez cargarlo conectándolo a la notebook, pero esto reducirá un poco la autonomía de la portátil en cuestión.

¿Necesita que el celular se mantenga con carga? Adiós al 3G, al Wi-Fi (obviamente) y al Bluetooth. En 2G los mensajes de chat y los mails llegan igual, y gasta menos batería. Si vamos a redoblar la apuesta, podemos bajarle el brillo a la pantalla (que igual se verá bien con poca luz) y cortar la conexión de datos para depender sólo de las llamadas y SMS.

Eventualmente se puede pensar también en un cargador para el auto; hay versiones para cargar dispositivos USB y otros que tienen conectores casi universales para la notebook, para darle un poco más de energía. Precio: 50 a 100 pesos.

Seamos creativos
En los últimos tiempos se hicieron relativamente populares tres clases de dispositivos que pueden sacarnos de un apuro.

Uno: las linternas LED, de mucho menor consumo que las tradicionales; es un buen momento para comprar una (aun las pequeñas alumbran bastante) y dejarla a mano. Por 100 pesos se consiguen buenos modelos. Alternativa: las que usan los amantes de los deportes extremos y de la vida al aire libre. Se ponen como una vincha e iluminan desde nuestra frente. Uno queda como un minero del siglo XXI y no será aplaudido por su elección estética, pero es comodísimo porque libera las manos.

Dos: las baterías externas. Las más recientes apuntan a darle un poco más de energía a celulares y tabletas (y eso está bien para mantenernos comunicados en un apagón) pero pueden servir para más cosas, ya que cuentan con un puerto USB estándar. Precio: 200 pesos o más (depende de la marca y de la capacidad, medida en mAh). También hay cargadores solares, que sirven para cargar su batería interna pero no, en general, para cargar un celular en uso.

¿Para qué una batería, además de para darle energía al teléfono o la tableta? Para darle vida al tercer ítem de este apartado.

Hay lámparas y ventiladores USB (entre 50 y 100 pesos). Son modestos, desde ya. Pero para tener un poco de luz en el ambiente y no andar chocando contra esos muebles que parecen reubicarse en la oscuridad, o para tener una brisa -suave- que le aporte un poco de aire fresco a los chicos (sobre todo, en esas noches en las que el viento parece una ilusión), puede resultar una buena inversión.

Se conectan al puerto USB de la notebook o al que incluye alguna de las baterías portátiles mencionadas arriba, y listo. La luz, sobre todo, no gasta mucha energía, y con la batería cargada debería iluminar un rato largo. Aquí, por supuesto, también se puede usar la linterna del teléfono para matizar el apagón..

La Nación

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