domingo, 6 de febrero de 2011


Crónica de una lucha

El 23 de diciembre, mientras comenzaba a preparar mi hogar, para la llegada del 24, se corto la luz.  Primero pensé que, como había encendido el aire la térmica había saltado, pero no. Llame a un vecino y tampoco tenía luz. Las horas pasaban y de la luz… nada. Llame por primera vez a Edesur, y la respuesta fue:”hay un problema en la tensión media,  en el transcurso del día se normalizara el suministro”. En ese momento (nunca imaginado) comenzó mi lucha por tener nada más ni nada menos que luz.   Los cortes duraron hasta el 30/12, tengo un bebe y una abuela de 86 años. Así que cuando el corte era por la noche y en medio de una oleada de calor, teníamos que salir corriendo, en general a la madrugada, sorteando los peligros de una cuidad peligrosa, a la casa de algún familiar que si tuviese suministro eléctrico Hasta que el 30 el barrio amaneció con un APARATO ENORME, un generador de la empresa Secco, la solución a la falta de energía. 
Claro vivimos normalmente, salvo por el estruendoso sonido; el agite sobrevino un viernes 7 de enero, noche muy calurosa, con generador y todo los cortes comenzaron. De a uno nos fuimos acercando a la esquina de 20 de Septiembre y O´ Brien En pocos minutos el lugar de futuros encuentros fue llenándose de gente. En medio de la oscuridad el sonido de las voces fue aumentando, el enojo y la frustración más. Lo que más se escuchaba era: otra vez no!!! Y esto se tiene que terminar!!!! 
La respuesta del servicio de emergencia era que no vendrían a arreglar porque  en esa calle había un generador y que ellos desconocían de algún problema, por lo cual se les explicaba que con generador y todo no teníamos luz!!!  
La esquina se ilumino, las gomas, un colchón, trastos viejos sacados por vecinos se convirtieron en una imponente fogata.  Pero de Edesur no teníamos noticia y la luz se hacia esperar. Por suerte, sobrevino una lluvia, no solo sirvió para bajar la temperatura, también calmó el ánimo de muchos. Como llegamos nos fuimos yendo. La luz  volvió, pero muy  tarde.
Al día siguiente, recibimos una noticia no muy grata, la hora del generador había terminado, el barrio lo tendría por última vez. La noticia fue recorriendo todas las casas de los afectados, y obviamente todos fuimos a averiguar qué estaba pasando. El sábado  el generador se quedo; pero no correría la misma suerte al día siguiente,  a las 8 del domingo 9 de enero se lo llevaban.
El domingo me desperté gracias a mi bebe bien temprano, luego de darle de comer fui como una tromba a la esquina, con la firme idea de no permitir que Edesur se llevara lo que me había devuelto, la electricidad. En el camino me encontré con una vecina, que iba como yo, con la misma idea. En ese momento arribaba una camioneta de Edesur. Nos acercamos y hablamos, la respuesta fue: el equipo se va y los volvemos a conectar al suministro de la red, el problema ya fue arreglado”. 
Sabíamos todos que esa era una gran mentira, y ninguno queríamos seguir sin luz y con 40º de temperatura. Así que nos armamos de valor y dijimos: ustedes no tocan nada
Como el marido de esta vecina es electro-dependiente, le pidió tiempo para que terminar de dializarse. Ese tiempo nos sirvió para ir llamando a los vecinos, para que salieran e impidiésemos que se llevaran el generador. Tocamos timbres, gritamos, sacamos cacerolas, llamamos por teléfono, hicimos de todo. Los vecinos salieron. El que tenía por casualidad el teléfono de algún concejal lo llamo. Y también ellos vivieron y un representante del municipio. 
Ese domingo la esquina de 20 de septiembre y O’Brien se lleno nuevamente como la noche anterior de vecinos. Todo el día estuvimos peleando, vino la policía, pero al ver que estábamos reunidos pacíficamente se fueron.
Los representantes de Edesur telefónicamente nos amenazaron con enviar a la gendarmería para reprimirnos si no permitíamos la conexión. no solo nos amenazaban telefónicamente también nos insultaban, pero nosotros los vecinos seguíamos con la convicción firme e inmutable, no permitiríamos a Edesur reconectarnos al suministro de la red, queríamos un servicio sin cortes. Y que el arreglo fuera real.
Todo un día domingo inolvidable.  El domingo llego a su fin pero gracias a la unió logramos que el equipo se quedara.  Lástima que no estábamos equivocados y al cabo de una semana (la siguiente domingo) nos sorprendió  una enorme explosión. 
El transformador no soporto y la consecuencia fue que nos volvimos a quedar sin luz. En ese momento comenzó una lluvia torrencial, pero nos fuimos comunicando entre los damnificados. Cuando paró nos volvimos a reunir. Otro domingo de súper acción.
Pero dejo el relato de ese día para otra entrada.
Laura Gisela Tanzola.
Vecina de la calle O´Brien

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